El proyecto arquitectónico para el auditorio  del  Colegio Menor se destaca por su integración entre dos áreas distintas: el campo deportivo (área abierta) y un espacio comunal con inclinación hacia actividades deportivas y musicales (área construida). Entre estos espacios  se ubica  la sala de música con capacidad para 560 asientos y una tramoya completa, incluyendo un escenario y áreas de camerino ubicadas en la parte posterior.

El auditorio  representa una nueva tipología que combina las cualidades visuales y acústicas necesarias para un espacio de conciertos, además de incorporar las características técnicas y funcionales propias de un teatro. Las áreas de apoyo se ubican en los costados de los  espacios escénicos, asegurando un flujo eficiente para los artistas y el personal de producción.

Desde el inicio del proceso de diseño, la colaboración entre arquitectos y técnicos acústicos fue fundamental para maximizar la calidad sonora de la sala. Se implementaron estudios y materiales específicos para garantizar un ambiente óptimo para la música, donde el sonido pueda fluir de manera clara y precisa, resaltando así las interpretaciones de los estudiantes y artistas.

Este proyecto arquitectónico no solo ha dotado al Colegio Menor de una sala de conciertos funcional y estéticamente atractiva, sino que también ha creado un espacio que honra y potencia el talento musical de sus estudiantes, fomentando así la excelencia artística dentro de la comunidad escolar.